Después de un arduo día de trabajo, más o menos a las 6:30 P.M. salí hacia el punto de encuentro establecido: la plaza de Bolívar; Centro histórico de nuestra ciudad, llamada anteriormente la calle real, donde se encuentran ubicados: la catedral primada, el congreso de la república y el palacio de justicia (ya reconstruido tres veces por sucesos importantes que han marcado la historia de la ciudad: “El Bogotazo del año 1948, y la toma por el M-19).
En la plaza de bolívar se reúnen en la mayor cantidad de ocasiones los ciudadanos protestando y reclamando por sus derechos, allí, a pesar de la hora de llegada, se podían divisar algunos de los inquilinos que habitan la plaza a diario, reunidos sobre los techos de las construcciones.
Después de tomar algunas fotografías y divisar la maravilla de una construcción histórica bajo la luz de la luna, sus fachadas y las personas caminando por sus alrededores, además de esto a un guardián en el centro que me mira fijamente, inmóvil a mis pensamientos, cuidando atentamente su hogar, y algunas parejitas de jóvenes y ancianos hablando calurosamente, y claro, también algo de fuerza pública en el sector, me dirigí hacia el colegio mayor san Bartolomé, uno de los más antiguos de América latina, fundado desde el año 1604 con una fachada muy parecida a sus alrededores, un camino adornado por ventanas delgadas, alargadas y simétricamente ajustadas a su entorno.
Más o menos a las 7:45 pm después de atravesar algunas calles me encontré con: la casa del florero de Llorente donde logre divisar algunas de las principales características en cuanto a infraestructura de la época, ya que posee entre 6 o 7 puertas, grandes y pequeños balcones con sus respectivas ventanas, enormes, que hacen la diferencia entre lo moderno y lo anticuado.
8:00 pm me dirigí hacia la casa de la moneda, declarada monumento nacional donde se encuentran las más grandes reliquias y antigüedades del banco de la república, el Museo Botero llamado así en honor al pintor colombiano Fernando Botero, quien donó la mayoría de sus reliquias y colecciones artísticas para crear un lugar de crecimiento cultural dirigido a la población, ubicado sobre una de las calles empinadas del sector, adornado tan solo con un blanco puro, de tranquilidad intensa y la brisa del viento, calmando los pasos de la ciudad.
En seguida me encontré ubicado al frente del museo colonial, un terreno de dos pisos algo extenso, inaugurado en 1942. No podían faltar en mi recorrido el museo arqueológico casa del Márquez de san Jorge, el museo militar y el museo de Bogotá, siendo estos muy importantes para la ciudad y para el país en general. Encontrando allí: arte precolombino, documentos importantes y la historia general de la ciudad. Un poco cerca lo uno de lo otro, implantando en nuestros pensamientos la grandeza de su labor, la importancia de su existir y la manera tan exorbitante en la que aún se conservan sus edificaciones.
Por último, alrededor de las 9:00 pm me devolví hasta la iglesia de san Agustín para observarla detenidamente, nombrada así en honor a san Agustín de Hipóna, monumento histórico de la nación, poseedora de una infraestructura maravillosa, que a pesar de los años aún conserva ese toque especial de exclusividad, ya que su hermoso diseño con: rocas y bloques, perfectamente labrado, y ventanas pequeñas, hacen que sea imposible no dirigir la mirada a tan exquisita construcción.
A las 9:15 me trasladé hacia la carrera 10, donde abordé un bus hacia mi casa y me despedí, de tan majestuosas maravillas.
Ghost
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